Un hombre y una mujer se conocen y la atmósfera entre ellos es muy placentera. Ellos se sienten cómodos entre sí. Cuando una persona es muy consciente, él o ella será capaz de evaluar el prana y la "fragancia" para el calibre, los valores, las virtudes y la fuerza. Esta conciencia entre hombre y mujer se llama intercambio pránico.
Los yoguis dicen que este intercambio pránico entre el varón y la mujer no es un suceso insignificante. Este intercambio pránico crea una impresión en la psique de cada persona. La impresión en la mujer puede durar años o una vida entera: también puede actuar como un filtro subconsciente para relaciones futuras. La impresión es menos robusta para el varón. Usualmente dura un ciclo de la luna.
El proceso del intercambio pránico es regulado por la mujer. La primera etapa es cuando la proyección de la mujer detona la pasión hacia la pituitaria del varón. La segunda etapa ocurre cuando la "fragancia masculina" es estimulada. La tercera etapa sucede cuando la mujer evalúa la fragancia.
La reacción completa para ambos depende del nivel de proyección de chakra de la mujer, no del hombre. A medida que este intercambio de energía pránica ocurre, se estimula un empuje o reacción química en los individuos, lo que varía dependiendo de los chakras que son activados.
El sentimiento de "estar enamorado" es satisfactorio y atractivo. Sin embargo, las personas pueden volverse adictas a sentir esta experiencia. Ellos buscan una relación tras otra para tener el ímpetu de "estar enamorado". Nunca se mueven a las etapas más maduras del amor.
Es vital que la mujer esté consciente de su poder y que lo use con responsabilidad y gracia. Si ella actúa desde su inseguridad, ella creará situaciones irrespetuosas para ella y otros.
Se necesita ser una persona de alto calibre para ser capaz de evaluar al "amado". El amor nos vuelve ciegos, lo que tienen sus pros y sus contras. Los pros nos permiten aceptar a nuestro amado o amada por lo que él o ella es. Los contras nos impiden ser reales acerca de las limitaciones mentales, financieras, espirituales y de carácter. Por generaciones, los individuos requerían la evaluación de la familia, los amigos y la comunidad antes de continuar hacia una relación inquebrantable.
Cuando verdaderamente aceptamos a alguien, nosotros francamente, conocemos su personalidad, sus hábitos y patrones individuales. Sin embargo, pasamos por alto sus límites. Decidimos ver sólo los atributos positivos de nuestro amado o amada.
El verdadero objetivo de una relación es profundizar este amor. Con compromiso, este evoluciona a un amor más profundo, creado por una vida juntos y con el cual viven el uno para el otro. El amor + la pasión + la intimidad se basan en un entendimiento, en una aceptación y en una conexión espiritual profunda. Este amor crece con los esfuerzos conscientes de ambos compañeros.
Existe una distinción clara entre pasión, intimidad y amor. Estos son modos independientes de la relación:
Amor + Intimidad = compañerismo, amigos verdaderos.
Amor + Pasión = romance, fantasía, idealización.
Pasión + Intimidad = "estar enamorado".
Amor + Pasión + Intimidad = éxtasis de fusión.
Cuando un hombre y una mujer están verdaderamente fusionados en una relación, emerge un nuevo elemento. El objetivo es volverse dos cuerpos y un alma.
El hombre y la mujer desempeñan diferentes papeles en la relación. La mujer desempeña el papel del subconsciente, el espíritu constante en la relación. Ella mantiene la espiritualidad y la profundidad. Ella lleva la relación a través de las tormentas y las batallas de tiempo y espacio. Cuando su mente consciente y su subconsciente están estables, se crea una estabilidad para la pareja. La mujer manifiesta el "nosotros somos". Cuando una mujer siente: "Somos positivos, felices y estamos en armonía", entonces la relación se siente bien. Pero, tan pronto como ella siente que algo está mal, ya nada está bien.
El hombre por otro lado, manifiesta la proyección "¿ A dónde estamos yendo?". El manifiesta el movimiento, la protección, la dirección de la relación y de la familia.
Un hombre nunca comienza una relación o la finaliza por su propia iniciativa. Ambas cosas se regulan por la mujer. Estudios han demostrado que las mujeres inician contacto con los hombres cerca del 85% del tiempo por señales verbales o no verbales. La mujer regula la relación entera, incluso su duda silenciosa acerca de la relación puede provocar intranquilidad.
-Yogi Bhajan
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